Hay muchos momentos claves en nuestra vida que pueden llegar a marcarnos por completo, tanto física como sobre todo emocionalmente. Algunos de ellos ni siquiera los recordamos, porque ocurren a una edad tan temprana que no somos conscientes de su importancia. Aprender a andar, decir nuestra primera palabra, empezar a leer… Estamos abriéndonos al mundo en esos primeros años, y lo disfrutamos normalmente como un juego. Pero la vida siempre va por etapas, y cada una tiene su función. El aprendizaje, en realidad, no para nunca, aunque muchos se llenen de falsa experiencia cuando son adultos y crean que lo saben todo. La etapa de la adolescencia también suele ser crucial porque es la que empieza a marcar nuestro carácter, la que nos guía para el resto de nuestra vida, por el camino que escojamos. Las primeras salidas, los primeros amigos más adultos, la revolución hormonal… Son momentos decisivos y a veces también muy complejos.
Pero sin duda, uno de los mayores puntos de inflexión que tiene la vida de cualquier persona es la pérdida de la virginidad. No tanto por el momento en sí, que no suele ser tan espectacular como nos lo pintan, sino más bien por lo que supone para nuestro futuro. Es abrirnos a un nuevo universo en el que el sexo lo puede marcar todo, de una forma u otra. Es una manera de tener una relación tremendamente íntima con otra persona, conociéndola profundamente, al menos en lo físico, mientras nosotros también nos conocemos mejor. Si bien esa primera experiencia no suele ser la mejor, sirve para quitarnos un peso de encima y poder encarar con seguridad el resto de encuentros sexuales a partir de ese momento. Un paso que hay que saber dar a tiempo, para aprovechar nuestra plenitud sexual y hacer del placer carnal algo realmente especial. La mayoría tienen su primera relación sexual cuando todavía son menores, con otros chicos y chicas de su misma generación. Sin embargo, todavía sigue siendo habitual el llevar a un chico todavía virgen a tener su primer encuentro con una prostituta, cuando cumple los 18.
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