Publicado el 23 julio, 2020 por Salvador
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Tickling, la práctica sexual para partirse de risa

¿Te gusta hacer cosquillas a otras personas? ¿Y que te las hagan a ti? Si has respondido afirmativamente, te encantará la práctica sexual del Tickling, que consiste, exactamente en realizar cosquillas a tu pareja como uno de los preliminares del acto sexual.

Toca señalar que, a diferencia de lo que se pueda pensar, las cosquillas no se harán en zonas poco erógenas como las axilas o el estómago, en cambio, se optará por realizarlas en aquellas partes del cuerpo que puedan ser consideradas eróticas, como las ingles o incluso los propios pezones.

La explicación científica que defiende el uso de las cosquillas

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Una de las reacciones más naturales al acto de recibir cosquillas es la risa. Precisamente, cuando una persona ríe genera una gran cantidad de endorfinas que es la sustancia conocida también como “la hormona de la felicidad”, cuyo nombre viene dado porque provoca una gran satisfacción interior en la persona en la que se segrega esta sustancia ya que estimula las áreas del cerebro que están estrechamente relacionadas con el deseo y el gozo.

Es por ello que, para mejorar nuestras relaciones sexuales y lograr que los orgasmos que tengamos sean más intensos, el Tickling o lo que es lo mismo, las cosquillas en las zonas cercanas a las zonas erógenas puede ser un gran aliado nuestro.

Dónde es mejor realizar cosquillas como si fueran preliminares

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Es importante resaltar que no existe una zona del cuerpo mejor o peor para recibir cosquillas de tipo sexual. En este sentido, dependerá mucho de la persona que las reciba el conocer sus zonas más sensibles a estos estímulos. Del mismo modo, existen aquellos que no se sienten muy cómodos recibiendo cosquillas y se sentirán molestos o incómodos con esta práctica. Por ello, es mejor siempre tantear el terreno y ver qué gusta y qué no.

No obstante, para ayudar a facilitar la búsqueda de las mejores zonas para recibir cosquillas te recomendamos que utilices plumas o utilices las yemas de los dedos para acariciar a esa otra persona. También es posible utilizar la lengua, pero eso puede llevarnos a practicar sexo oral o que el que las reciba piense que será lo que encuentre y no es lo que se busca con esta técnica. Una cosa importante a tener encuenta, además, es el hecho de no hacer cosquillas con la mano entera o de forma brusca porque podríamos obtener exactamente lo contrario de lo que se desea.

En cualquier caso, el cuello, detrás de las orejas, las ingles y los pezones son, según los sexólogos, los mejores lugares para tratar de llevar a cabo el Tickling. Pero como hemos comentado, estas zonas varían en función de la persona que los recibe.

Saber cuándo parar

Una relación sexual no debe centrarse exclusivamente en los preliminares. Existe un refrán italiano que dice “Il gioco è bello quando dura poco” que viene a decir que cualquier cosa en pequeñas cantidades es maravillosa, sin embargo, si optamos por insistir en exceso en repetir esas prácticas podemos obtener el efecto contrario.

Buena prueba de ello lo tenemos en nuestro día a día. Nos encantan las novedades, encontrarnos con una cosa inesperada nos llena la vida de ilusión y entusiasmo. Sin embargo, cuando esa misma cosa se vuelve rutinaria, el efecto es totalmente opuesto. En las relaciones sexuales pasa lo mismo. Si bien durante unos pocos minutos practicar el Tickling puede avivar por completo nuestras relaciones sexuales, hacerlo durante demasiado tiempo puede provocar incluso, que a nuestra pareja se le quite el apetito sexual. Por ello, tratemos siempre de hacer las cosas con moderación y en la cantidad justa.