Categoría: Cajon del sexo

Hay muchos momentos claves en nuestra vida que pueden llegar a marcarnos por completo, tanto física como sobre todo emocionalmente. Algunos de ellos ni siquiera los recordamos, porque ocurren a una edad tan temprana que no somos conscientes de su importancia. Aprender a andar, decir nuestra primera palabra, empezar a leer… Estamos abriéndonos al mundo en esos primeros años, y lo disfrutamos normalmente como un juego. Pero la vida siempre va por etapas, y cada una tiene su función. El aprendizaje, en realidad, no para nunca, aunque muchos se llenen de falsa experiencia cuando son adultos y crean que lo saben todo. La etapa de la adolescencia también suele ser crucial porque es la que empieza a marcar nuestro carácter, la que nos guía para el resto de nuestra vida, por el camino que escojamos. Las primeras salidas, los primeros amigos más adultos, la revolución hormonal… Son momentos decisivos y a veces también muy complejos.

Pero sin duda, uno de los mayores puntos de inflexión que tiene la vida de cualquier persona es la pérdida de la virginidad. No tanto por el momento en sí, que no suele ser tan espectacular como nos lo pintan, sino más bien por lo que supone para nuestro futuro. Es abrirnos a un nuevo universo en el que el sexo lo puede marcar todo, de una forma u otra. Es una manera de tener una relación tremendamente íntima con otra persona, conociéndola profundamente, al menos en lo físico, mientras nosotros también nos conocemos mejor. Si bien esa primera experiencia no suele ser la mejor, sirve para quitarnos un peso de encima y poder encarar con seguridad el resto de encuentros sexuales a partir de ese momento. Un paso que hay que saber dar a tiempo, para aprovechar nuestra plenitud sexual y hacer del placer carnal algo realmente especial. La mayoría tienen su primera relación sexual cuando todavía son menores, con otros chicos y chicas de su misma generación. Sin embargo, todavía sigue siendo habitual el llevar a un chico todavía virgen a tener su primer encuentro con una prostituta, cuando cumple los 18.

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Si hay alguien en este país que está autorizado a hablar sobre sexo, ese es sin duda Nacho Vidal, el actor porno más famoso no solo de España, sino que puede que de toda Europa. En su historial de relaciones sexuales aparecen más de 3.000 mujeres, muchísimos hombres, transexuales y en general “cualquiera que le excite”, tal y como dice él mismo.

Una de las preguntas claves que le realizaron durante la entrevista fue que si consideraba que el porno era machista. A esto él respondió que bastaba con “entrar en internet y poner mujer activa con hombre pasivo y alucinar con lo que las mujeres les hacéis a los hombres”. Haciendo caso a Nacho Vidal, hemos buscado en Google ‘travestis activas en Madrid’ y hemos encontrado a cientos de transexuales ofreciendo todo tipo de servicios a cada cual más picante.

A propósito de la pregunta, Nacho Vidal afirma que el porno no es machista, pues depende de lo que busques encontrarás una cosa u otra, hay hombres sumisos y amas dómina del mismo modo que hay mujeres que se someten a los hombres. “El porno no es machista” ni feminista, es simplemente “un negocio”.

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¿Te gusta hacer cosquillas a otras personas? ¿Y que te las hagan a ti? Si has respondido afirmativamente, te encantará la práctica sexual del Tickling, que consiste, exactamente en realizar cosquillas a tu pareja como uno de los preliminares del acto sexual.

Toca señalar que, a diferencia de lo que se pueda pensar, las cosquillas no se harán en zonas poco erógenas como las axilas o el estómago, en cambio, se optará por realizarlas en aquellas partes del cuerpo que puedan ser consideradas eróticas, como las ingles o incluso los propios pezones.

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La sexualidad es una de las partes importantes de nuestra salud global, y es que vivir una sexualidad sana no solo nos hará disfrutar mucho más de lo que tenemos, sino que también nos ayudará a aliviar tensiones, a quitarnos de encima todo eso que nos preocupaba… La sexualidad sana está encaminada a disfrutar del sexo de una forma divertida pero también responsable, utilizando métodos anticonceptivos y protección contra enfermedades de transmisión sexual. Hasta hace no tanta, el sexo se veía simplemente como un mecanismo biológico para procrear, pero la libertad sexual que por fortuna hemos obtenido en las últimas décadas nos está permitiendo disfrutar de ello mucho más.

Sin embargo, hay cosas que afectan también a nuestra libido, a nuestra manera de encarar la sexualidad. Algunas son simplemente sociales y tienen que ver con los tabúes que todavía siguen existiendo para este tipo de encuentros, pero también hay otras fuentes externas, como el estrés, la ansiedad o incluso las drogas, que pueden afectar a nuestro rendimiento sexual, o a nuestro propio deseo. En el caso de los estupefacientes hemos de tener extremo cuidado, no solo por el mal que nos pueden provocar de por sí, incluyendo la adicción, sino por todos los efectos secundarios, muchos de ellos desconocidos, que tienen sobre nuestro deseo sexual. Aquí te los mostramos y te damos consejos para no sufrirlos, teniendo mucho cuidado a la hora de acercarte a ciertas drogas.

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Llevar una vida sexual sana es el deseo de cualquiera, sea hombre o mujer, pero es cierto que en cierto modo, los chicos están mirados con lupa en ese sentido, porque parece que siempre tienen que estar deseando hacerlo, con la libido por las nubes, y  hay ocasiones en las que esto no es así, claro está. Hay que entender que la libido no es como un interruptor que se enciende o se apaga según queramos, en cualquier momento. Hay cosas que nos excitan y otras que no, pero también hay momentos en los que deberíamos estar excitados y no lo estamos. ¿Hay formas de aumentar la libido?

Siempre se ha hablado de alimentos afrodisíacos que hacían que el hombre tuviese una potencia sexual mucho mayor y fuera más intenso en la cama. Algunos de estos alimentos se han comprobado efectivamente eficaces para aumentar la libido y sobre todo la circulación, que es lo que permite mantener una mejor erección durante más tiempo. También hay diferentes remedios naturales que se anuncian como infalibles para conseguir mucha más pasión en los hombres. Sin embargo, lo mejor es ir a la raíz del problema para tratar de solucionarlo, y que no nos hagan falta esas ayudas extra.

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El sexo siempre ha sido un tema tabú, algo de lo que pocas veces se habla en público, y aunque las cosas estén cambiando poco a poco, todavía sigue siendo uno de los aspectos de la vida que cuenta con muchas leyendas detrás. La confusión ha llevado a generar numerosos mitos en torno al sexo, la mayoría de ellos sin ningún tipo de base real, pero que han perdurado hasta convertirse en verdades casi absolutas para muchos.

Estos mitos han sido recientemente rebatidos por la ciencia, pero al seguir siendo un tema delicado del que tampoco se habla mucho, sigue existiendo mucha gente sigue pensando que son totalmente reales. Y es que todos hemos escuchado historias concretas en las que una persona se quedaba ciega, por ejemplo, de tanto masturbarse, algo que sabemos que es casi imposible, pero que siempre nos queda la duda de saber si estas historias son reales…

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En los temas relacionados con el sexo siempre ha habido muchos mitos, verdades a medias y leyendas urbanas que han creado toda una mitología en torno al pene, el miembro viril que sin lugar a dudas es protagonista durante el coito. Como parte fundamental de su hombría, los machos siempre han presumido de tener un pene grande porque eso equivalía a ser más hombre, o al menos eso pensaban. Pero, ¿tiene razón esa afirmación?

El tamaño importa, desde luego, como en cualquier otra situación, y más si hablamos de un tema sexual. Tener un pene de buen tamaño o al menos de tamaño medio es suficiente para disfrutar de una vida sexual plena. El problema viene cuando nuestro miembro es más pequeño de lo que “debería”, algo que no solo puede afectarnos psicológicamente sino que, efectivamente, también puede ser un obstáculo al momento de ofrecer placer sexual a nuestras amantes.

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