Publicado el 18 marzo, 2020 por Salvador
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Drogas y sexo ¿cómo afectan los estupefacientes a nuestras relaciones?

La sexualidad es una de las partes importantes de nuestra salud global, y es que vivir una sexualidad sana no solo nos hará disfrutar mucho más de lo que tenemos, sino que también nos ayudará a aliviar tensiones, a quitarnos de encima todo eso que nos preocupaba… La sexualidad sana está encaminada a disfrutar del sexo de una forma divertida pero también responsable, utilizando métodos anticonceptivos y protección contra enfermedades de transmisión sexual. Hasta hace no tanta, el sexo se veía simplemente como un mecanismo biológico para procrear, pero la libertad sexual que por fortuna hemos obtenido en las últimas décadas nos está permitiendo disfrutar de ello mucho más.

Sin embargo, hay cosas que afectan también a nuestra libido, a nuestra manera de encarar la sexualidad. Algunas son simplemente sociales y tienen que ver con los tabúes que todavía siguen existiendo para este tipo de encuentros, pero también hay otras fuentes externas, como el estrés, la ansiedad o incluso las drogas, que pueden afectar a nuestro rendimiento sexual, o a nuestro propio deseo. En el caso de los estupefacientes hemos de tener extremo cuidado, no solo por el mal que nos pueden provocar de por sí, incluyendo la adicción, sino por todos los efectos secundarios, muchos de ellos desconocidos, que tienen sobre nuestro deseo sexual. Aquí te los mostramos y te damos consejos para no sufrirlos, teniendo mucho cuidado a la hora de acercarte a ciertas drogas.

Cada droga afecta de una forma diferente

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Está claro que no todas las drogas son iguales, ni en sus efectos sobre el cuerpo, ni tampoco en la forma en la que afectan a nuestra sexualidad. Porque no es lo mismo el tabaco normal que fumar marihuana, o tomar pastillas de ácido a comer algunos hongos alucinógenos. No estamos diciendo que unas drogas sean buenas o menos nocivas que otras, pero es cierto que afectan de manera diferente a nuestro organismo. El alcohol, por ejemplo, puede llegar a desinhibirnos si lo tomamos con precaución, pero el tabaco puede provocarnos, a la larga, problemas para mantener la erección. La forma en la que se toman, si es de manera intermitente o de manera continuada, también supone una gran diferencia a la hora de analizar los efectos.

La marihuana, por ejemplo, acaba por llevar a una disminución de la libido en el medio y largo plazo, y en las mujeres, su consumo continuado puede derivar en sequedad vaginal, lo que hará el coito más doloroso. Ocurre parecido con la cocaína o las anfetaminas, que en el corto plazo pueden suponer un “extra” para disfrutar del sexo de una manera incluso más intensa, pero en el medio y el largo plazo, si se continua su consumo, pueden llevar a problemas de erección o pérdida del deseo sexual, algo realmente preocupante. Al final, los estudios de este tipo de efectos secundarios de la toma de drogas y la sexualidad son escasos porque además hay que intentar separar los efectos meramente físicos de los psicológicos.

 

¿Qué ocurre con el alcohol?

Es seguramente la droga legal más tomada en todo el mundo, pero no deja de ser una droga, y sus efectos también pueden llegar a notarse de una manera clara, incluso en el corto plazo. Parece además que se ha creado un mito en torno a la toma de alcohol, asegurando que es casi afrodisiaco, cuando en realidad es un efecto psicológico que deviene de la euforia que sentimos al tomarlo. Si lo hacemos con cierto control es cierto que puede aumentar incluso el deseo sexual, pero si nos pasamos, algo por desgracia bastante habitual, podemos tener casos de disfunción eréctil en hombres y dificultad para llegar al orgasmo en las mujeres. Así, las personas que llevan toda la vida abusando del alcohol pierden también el deseo sexual, con todo lo que eso conlleva.

 

¿El sexo con drogas es más placentero?

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Hay quien piensa que el sexo con drogas puede resultar más placentero, una experiencia mucho más sensitiva. Y en algunos casos, uno de los efectos que tienen esas drogas, ya sean recreativas o más duras, es precisamente el de expandir nuestros sentidos, incluyendo el tacto, por lo que creemos o sentimos que estamos disfrutando más a la hora de hacerlo. Sin embargo, eso solo sirve para ocasiones contadas, y a corto plazo. Como ya hemos visto, el abuso continuado de las drogas puede suponer un peligro evidente para nuestro organismo y sinceramente, no vale la pena arriesgarse por un poco más de placer, cuando la contrapartida puede ser perder la libido sexual para siempre.

 

Problemas en las relaciones por culpa de las drogas

La pérdida del deseo sexual o de la habilidad para disfrutar del placer son solo dos de los muchos efectos secundarios que el abuso de las drogas trae consigo. Y es que no hay que olvidar que, incluso las que están legalizadas, son una auténtica bomba de relojería para nuestro organismo por lo que nos provocan en esos momentos pero sobre todo por la adicción que nos ata a ellas, a veces con solo probarlas una sola vez, como ocurre con la heroína o la cocaína. Desde luego, no vale la pena arriesgarse a algo así, solo por probar cosas nuevas, porque podemos caer en un pozo de oscuridad desde el que es tremendamente complicado salir una vez que estamos enganchados.

Las drogas, incluyendo el alcohol y el tabaco, pueden ser también un punto de inestabilidad evidente para una pareja, y no solo  por el tema del sexo, que también, sino por la propia erosión de la relación cuando hay drogas de por medio. La inestabilidad emocional es mucho mayor y en ocasiones incluso se pueden dar situaciones extremas de violencia o angustia, si ya estamos enganchado al estupefaciente de turno. Ocurre más a menudo de lo que parece y puede suponer una auténtica barrera para que la relación siga a buen puerto, porque las drogas pueden hacernos caer en la desidia, en la falta de empatía, en la inseguridad y en la falta de deseo, que son tan importantes para mantener una buena relación de pareja.