Publicado el 3 enero, 2019 por Salvador

Gerontofilia, cuando la gente mayor te atrae sexualmente

Dentro de las filias sexuales, todas ellas respetables por supuesto, se encuentra una que es más desconocida de lo que podríamos imaginar, pero igualmente, bastante común. Se trata de la gerontofilia, que designa a aquellas personas que tienen un gusto especialmente desarrollado por las personas mayores. Es decir, aquellos jóvenes a los que les ponen los maduritos o las maduritas, algo que desde luego ha existido toda la vida, pero que ahora se ve de una nueva forma. No es ningún problema, desde luego, peor puede llegar a complicar la vida sexual de algunos.

Y es que todos, por norma general, solemos sentirnos atraídos por la gente de nuestro entorno. Nuestros compañeros de clase, luego nuestros amigos, con los que empezamos a salir de fiesta. Gente de nuestra edad, más o menos. Sin embargo, para un gerontofílico, el verdadero deseo sexual se tiene por una persona mayor, cuando la diferencia de edad se hace notable. ¿Cómo solventar esto, cuando la propia sociedad parece seguir mirando mal a las parejas en las que la diferencia de edad es grande? Veamos cómo podemos conseguirlo.

Síntomas de esta parafilia

¿Se puede considerar la gerontofilia como una especie de trastorno? Dependiendo del caso, puede llegar a suponer incluso un problema para la vida y la mentalidad de una persona, pero en general, es simplemente un deseo por gente mayor, que tampoco es nada malo ni ilegal. De hecho, cada vez son más las chicas y los chicos que deciden buscarse parejas mayores, aunque la diferencia de edad rara vez supera los 15 años. Llama la atención, eso sí, que haya casos en los que todas las parejas deban ser mucho mayores que esa persona que tiene esta parafilia. Entonces es algo que definitivamente la va a limitar.

El síntoma más claro de la gerontofilia es sentir deseo sexual por personas que son mucho  más mayores que nosotros. Normalmente se suele poner el límite de una generación, es decir, entre los 18 y los 35 años de diferencia. Esas personas que “podrían ser nuestros padres” pero que nos hacen sentir un deseo sexual desatado. De la misma forma, no sentimos ese mismo deseo por gente de nuestra edad, algo que sería más “lógico”. Se puede tratar de normalizar esta parafilia aludiendo a las posibles razones por las que una chica o un chico se fijan en alguien mucho mayor, pero en realidad la filia tiene que ver con el deseo sexual, y eso es algo innato, algo que nos nace cuando vemos a alguien que nos pone.

 

¿Qué ven los jóvenes en las personas mayores?

Si tratamos de llevar esta filia a la lógica o al sentido común, buscando razones válidas para entenderla, encontramos que hay muchas y  muy diversas. La principal de ellas seguramente sea la necesidad de protección, de encontrar en esa otra persona a alguien que “sustituya” a nuestro padre o nuestra madre. También podemos estar buscando gente madura, porque nosotros lo somos y entre nuestros amigos y gente de nuestra edad no la encontramos. El hecho de tener al lado a alguien con más experiencia, que nos pueda enseñar sobre la vida, el sexo y todo lo demás, también es una buena razón para buscar a alguien con más edad. Eso sí, la gerontofilia simplemente habla del deseo sexual para personas mucho más mayores que nosotros, y ese deseo está aparte de todas esas razones lógicas.

Abuelas prostitutas, la moda de la gerontofilia

Llevada al extremo, esta parafilia puede suponer un punto de inflexión para muchos, ya que no solo buscan a hombres o mujeres algo mayores, sino mucho más mayores que ellos. Jóvenes que no llegan a los treinta fijándose en mujeres que les doblan la edad, y que podrían ser sus propias abuelas. Por morbo, por experiencia, por cualquier motivo, cada vez son más los que se animan a tener aventuras con mujeres mucho más mayores, seguramente incluso después de que ellas hayan pasado por la menopausia. Y ya se sabe que si hay demanda, la oferta surge de forma natural, y así es como muchas “abuelas” se han convertido en profesionales del sexo.

No es nada raro encontrar en los anuncios de las plataformas dedicadas a los contactos a muchas mujeres maduras, de cuarenta y muchos años para arriba. Mujeres que siguen manteniéndose en buena forma y sobre todo, que quieren aprovechar esta moda de la gerontofilia para ganar algo de dinero y ofrecer a los chicos jóvenes un poco de pasión diferente y distinta, desde su punto de vista totalmente experimentado. Cada vez son más las abuelas prostitutas, y parece que esta moda no se quedará aquí, sino que seguirá creciendo.

 

La fantasía de acostarte con tu suegra

Hay muchos hombres que, al conocer a su suegra, empiezan a desarrollar un deseo descomunal por ella. Sería como una versión algo más experimentada, y con más edad, de la persona con la que salen, y eso les pone muchísimo. También está el morbo de lo prohibido, por supuesto, pero hay muchos casos de gente con gerontofilia que empieza así, por su entorno más cercano, por alguien que conocen y que les pone muy cachondos. La fantasía de hacerlo con la suegra es algo bastante común, aunque se coloca en contra del típico dicho de que las suegras son muy malas con los nueros. Sea como fuera, el deseo hacia nuestra suegra estaría dentro de la parafilia, porque sería una persona bastante mayor, aunque eso también dependerá de nuestra edad.